Uno de nuestros modos de trabajar con las personas que participan de la Comunidad, es a través de los acompañamientos. Hace más de 20 años que acompañamos de distintas maneras en la cotidianidad de cada familia que consulta.

Nuestra comprensión de los acompañamientos se traduce en facilitación del lazo social, ofrecernos como referentes y contención en el medio social, como una posibilidad de estar y, en ocasiones, soportar lo complejo de los intercambios cotidianos, a veces desde el inicio del día.

Esto ocurre en las casas, en el transporte público, en las oficinas públicas, en los espacios recreativos, en los dispositivos de salud, en la calle, los negocios del barrio…

La planificación e implementación de los acompañamientos es pensada en equipo y en base a  evaluación y análisis de cada situación, esto es, las necesidades, dificultades, apoyos con los que contamos, tiempos, historia de vida, disposición de quienes consultan y sus familias, entre otros. Implica establecer un vínculo comprometido, y dimensionar la vida cotidiana como un escenario dinámico relacional, de mutua transformación. Por la delicadeza y dignidad que supone esta estrategia es que quienes acompañamos nos hacemos parte entonces de espacios de supervisión periódicos.

Nuestro enfoque: la ética de los derechos de las personas. Durante estos años hemos acompañado a las personas para acceder a derechos como la vivienda, educación, trabajo, salud, pensión, autonomía. Es el foco de nuestro trabajo, considerando que quienes acceden a la Comunidad son personas excluidas, discriminadas y vulneradas en sus derechos.

Quiénes han desarrollado los acompañamientos. Comúnmente es una tarea abordada por las terapeutas ocupacionales de la Comunidad y las practicantes de terapia ocupacional de las universidades Andrés Bello, Mayor y la Chile, siempre en el contexto de un proyecto terapéutico trabajado por las integrantes del equipo, las y los consultantes y sus familias.

Una investigación de la T.O. Tamara Palomino acerca de acompañamiento terapéutico, desarrollada el año 2010 en nuestra Comunidad, nos ofreció la posibilidad de conocer qué ha significado para un grupo de personas (consultantes, familias y equipo) ser acompañadas por la Comunidad.

“(…) yo fui descubriendo en el tiempo que en realidad, la enfermedad en ese sentido, mirándola así, no era una incapacidad para vivir, sino lo que se requiere es un apoyo para vivir. Entonces son personas que necesitan apoyo para vivir, que requieren ser acompañadas más fuertemente en la vida.” (Emilia, entrevista nº 2, p. xi)

Que ellos puedan acceder a los derechos básicos más obvios que tienen que ver con la  vivienda, con la pensión, al obtener la pensión ellos tienen la posibilidad de manejar dinero, comprarse las cosas que necesitan, conseguir autonomía, poder estar acompañados con otros, convivir con otros, con otras” (Amanda, entrevista nº 7, p.lxv)

“Ahí me muevo porque estoy con alguien que me está motivando a moverme, aunque no lo diga, ¿te fijas?, aunque no lo diga está implícitamente motivándome a moverme.” (Andrés, entrevista 4, p. xxx)

“(…) eso es lo que para mí significa apoyo de vivir, un apoyo en un tema práctico y en un tema también de sentido, de pertenencia a un grupo, y de vivir con otros.” (Emilia, entrevista nº 2, p. xiii)

“(…) cuando voy a la Comunidad y hablo con usted, o con Amanda, o veo el espacio que hay, me hace nuevamente tomar conciencia de qué se trata todo esto, de nuevo empatizar con mi hija”

( Tania, entrevista nº 1, p. v)

Algunas conclusiones: el proceso de A.T permite

  • Acceder a derechos
  • Desempeño en actividades significativas para Las personas
  • Facilitar la relación entre la familia y el sujeto (relevo mutuo)
  • Sostener la cotidianidad
  • Calidad de la atención: intervenciones basadas en las necesidades de las personas
  • Respetar los ritmos y los diferentes procesos que vive cada persona
  • Generar condiciones para el ejercicio ciudadano, el restablecimiento de los lazos sociales, y la inclusión de los sujetos trabajando en lo cotidiano
  • Acompañante terapéutico como servicio de apoyo (ley 20.422) una tarea pendiente del Estado

Deseamos continuar con este modo de trabajo, reconociendo los alcances que reviste y, más aún, reflexionando sobre la falta de soporte desde el sistema para desarrollar los acompañamientos, insistiendo en la necesidad de instalarlo como una estrategia y forma de comprender el trabajo con personas con sufrimiento mental, sus familias y la comunidad.